viernes, agosto 14

Turista


Veo a la gente bailar y me pregunto si de verdad lo está disfrutando. Lo digo porque muchas veces parece que yo estoy disfrutando algo y en realidad en mi cabeza hay toda una maquinaria que se activa para no demostrar cuánto lo estoy odiando. No es tanto que finja, sino que supongo que -como a mucha gente- me estresa el no encajar y me esfuerzo por lograr ser parte del momento. Entonces quizá sea un acto mucho más honesto y entregado que el hecho de gozar algo "sinceramente", porque uno no se embriaga del mero goce, sino que racionalmente decide dar a entender al otro -alguien relevante- que su compañía le resulta placentera. También a veces simplemente la paso bien.

Es solo que me gusta guardar una distancia entre la felicidad colectiva y yo. En muchas ocasiones por fascinación, en otras por envidia y finalmente por pura curiosidad. Veo a la gente bailar y me resulta por demás inquietante. Intento imaginar en qué están pensando, si se dan cuenta de que los estoy analizando o si están en alguna clase de trance. Recuerdo cuando mis papás bailaban de jóvenes, cómo todos los demás esperaban que yo también tuviera una inclinación a hacerlo. Ellos bailaban muy bien, a mí siempre me pareció una actividad molesta y altamente desagradable.

No solo me inquieta ver a la gente bailar. Frecuentemente me incomoda una gran parte de las actividades sociales en general; por ejemplo, el pasar de ser un desconocido a un conocido. Cuando acababa de entrar a la facultad de filosofía hablé con una chica que me pareció muy adecuada para tenerla cerca como amiga. Siempre he sido torpe para mantener conversaciones con otras mujeres y no quería estropear esta amistad en potencia desde tan temprano. Sabía que teníamos muchas cosas de qué hablar, pero no me atrevía a tocar ningún tema si ella no lo hacía primero. Así, durante meses, me angustió mucho estar sola con ella porque no quería que me encontrara poco interesante. Me reía de sus chistes y me interesaba en sus pláticas. A la gente le gusta eso. A veces hablaba con el tipo de expresiones que ella usaba. Todavía hoy en día las uso, pero ahora ya puedo decir que se las copié a mi amiga. Solo tuvieron que pasar siete años.

No sé por qué me aterra tanto el quedar fuera de lo que está sucediendo, el parecer un alienígena temeroso de ser descubierto y de los análisis que todos querrían practicarle después de quedar desnudo con su naturaleza ajena. Antes solía repetirme en la cabeza que no había pedo con ser el perpetual outsider, la turista en mi propio mundo; pero la verdad es que siempre estoy intentando no quedarme fuera. Sí hay veces en las que siento que casi lo logro. También hay veces en las que siento que el teatrito no está funcionando y que pronto empezará caer la lluvia de jitomates furiosos.

13 comentarios:

AnarquiStar dijo...

No encajar...

Y bueno, nunca te has preguntado si es realmente el mundo -como lo conocemos -el que no encaja en el tuyo??

Cada quién es único y especial (si, si, sueno a esos programas de aleluyos, lo sé) y en eso radica nuestra individualidad... No te preocupes si encajas o no, tu propia personalidad les dará a los demás la seguridad de que eres una buena -o mala -persona... Y así eres, no puedes cambiar (te adaptas) y para poder hacerlo, tendrías que volver a nacer y tener otros padres y blah, blah, blah...

Pero ese soy yo, y puedo estar mal... Tal vez es una terrible tragedia...

Saludos!!

Cheers...

carlos dijo...

la verdad es que cuando yo bailo sí estoy medio en trance y evito darme cuenta de si alguien analiza mi baile.
por lo demas, yo digo que no deberias preocuparte por quedarte fuera, al menos en eventos masivos como conciertos o fiestas o asi. regularmente much@s estan siendo outsiders aunque no lo parezca, y tarde que temprano te toparas con alguien asi y pus ya.

Mrs Jones dijo...

Hola! Soy una recién llegada a tu blog y lo que he visto me ha gustado :)

Dejando al margen el hecho de que yo, por lo general, cuando bailo disfruto (si la música me gusta, claro), creo que en el fondo todos somos outsiders dependiendo de la situación y el momento. Se trata de aprender a aceptarlo como normal e incluso disfrutarlo.

En los momentos en los que menos encajo, me retraigo y analizo analizo analizo a la gente. Y si no me molestan en mi burbujita, me lo paso muy bien.

Luis Frost dijo...

estoy muy contento porque ya veo que no soy el único. por eso siempre me resisto a ir a las fiestas: no importa cuánto me intente convencer a mí mismo de que no pasa nada, siempre acabo por sentirme un poco incómodo. se supone que ya me lo estoy quitando, pero a veces digo que para qué y me quedo posteando en tarde de viernes. es un poco lindo.

Anónimo dijo...

solo bailo cuando me gusta la musica y la disfruto, de preferencia cuando no tomo la disfruto mas

Rubo dijo...

Yo por eso sólo bailo en mi cuarto, para librarme de los análisis de gente metiche...

Digo, no, osea, para no dejar malparados a todos esos pobres que no bailan tan bonito como yo.

Francisco Palacios dijo...

Yo por eso cito a Norman Mailer:

"Tough guys don't dance."

Lola dijo...

jajaja ¿Y quién esta adentro? ¡quién!
Ya te lei y estoy entrando al mundo del blog. Es toda una rareza social, muy extraño y sospechoso, aqui todos estamos dentro pero fuera, en unos teclados.

freivaj dijo...

Yo he disfrutado (¿o sufrido?), el choque entre dos turistas.

Horrible (pero entretenido) cuando se destapa la verdad.

Gran Fornicador dijo...

Que gran post. A veces me da envidia ser tú, o aunque sea escribir lo que escribes. Me acuerdo cuando me pasaba justo eso que dices, solo que un dia dije "fuck it" y fui como soy y ya. No lo hagas, la vida se puede convertir en una verdadera desgracia. Está bien mamón citar a Wilde, pero alguna vez dijo algo como que la gente casi nunca se da cuenta de que todos gastan una cantidad brutal de energía solo para parecer normales. Tenía razón y vale la pena. Un beso, sof.

Anónimo dijo...

Gracias por tus palabras So, andaba triste y al leerte sentí un calorcito de esos que abrazan lo que por ahora llamaré alma.


Solo gracias, gracias.

:)

vikanda dijo...

Dicen que uno hace su mundo, cierto, dicen. Las angustias de hace 20 anos cuando trataba de hacer lo que todos hacian, han pasado. Cuando intentaba hacer y decir y pensar lo que era aceptado por la gente alrededor (que opresion, vivi en una ciudad-rancho de provincia). Acaso con la edad (cual edad?) las cosas van cayendo en su lugar. Afuera y adentro. Acaso es solo que al volvernos viejos...todo vale madres y podemos hacer lo que se nos antoje sin cuestionar tanto lo que no deb ser cuestionable. Fluimos. vivimos el dia a dia sin pedos existenciales juveniles. Acaso. O acaso es simplemente que llevo ya un rato en Europa y me he dado cuenta que aqui SI es licito ser egoista. Egocentrista. Autodeterminado. Las ansiedad que tanto me acompanaban en Mexico aqui han desaparecido casi totalmente, paradojicamente, al imitar a la gente alrededor. En los parques, en las playas, en donde sea. El derecho a la intimidad en publico parece ser una prioridad vital para los europeos. Aqui cada quien hace lo que se le antoja y no es cuestionado por la Sociedad, esculcado, criticado. No imagino mujeres en bikini en los parques, tomando el sol, ni mujeres con guantes blancos y sombreros de fantasia sacando a pasear al perro com si fueran cortesanas de hace cien anos, alla en Mexico. Aqui se vale...Aqui, el ser individualista o diferente es aceptado mientras no te metas con los demas. El derecho a ser uno, como sea que sea, es algo sagrado. Me siento libre...Se vale sonar.

Anónimo dijo...

Gracias por ese comentario, Vic. Qué mal que no dejas tu dirección de blog.

Saludos.

Sofía.