De nada

El fin de semana ya pasó. Se me olvidó la reunión twittera, a pesar de que tenía muchas ganas de ir y conocer a esa banda. Se me olvidó. El trabajo me deja exhausta y cuando llega el fin de semana solo pienso en dormir y ver televisión y pasar las horas pensando en qué voy a hacer, si pagar un enganche o comprarme una mac. Esas decisiones que en lo que las tomas ya te gastaste el dinero, o al final terminas comprándote cualquier otra cosa. Deseo las dos cosas, pero no puedo tenerlas. Como cuando Doctor McDreamy tiene que escoger entre su esposa y Meredith. Como cuando te enseñan la diferencia entre la disyunción inclusiva y la exclusiva. P o Q, pero no ambas.

Esto de tomar decisiones se me da tan mal como bailar la de caballo dorado con vueltecita y brinquito.

A Salvador le prestaron Grey's Anatomy, la vi con él hasta que se quedó dormido. Lloré en todos los capítulos que vi. En todos. Si no era la pareja de viejitos que viajaría a Venecia, era el hombre embarazado que no tenía privacidad, o el wei que se muere porque el tatuaje se le infecta y yo pura lloradera.

En mi iTunes vuelve a sonar Travis como hacía mucho tiempo no hacía y yo ya había olvidado lo bonita que es Just The Faces Change:

It's easier to stare at the sun
Than look at all the things that you've done
Intentions were good but so was the fun
And you know it's wrong it can't go on for long
I must have thought of getting out now
But how am I going to get out
When even the names stay the same
Just the faces change
Just the faces change

Me quedé en la parte en la que Izzy empieza a salir con el wei ese cuyo nombre no recuerdo. Las series como Grey's Anatomy tienen la facultad de hacer sentir una empatía falsa, falsísima. Pero se siente. Un simulacro de comprensión, de similitud de circunstancias.

Nada más que una melancolía anacrónica. Como cuando -ya me cansé de las analogías, pero créanme que ésta vale la pena- tenía alrededor de diez años y escuchaba Please, Forgive Me de Bryan Adams, y no se la cantaba a nadie, y no necesitaba que nadie me perdonara, pero cómo lloraba mientras regresaba el cassette el tiempo exacto para volverla a poner desde el principio.