Post oportunista

Estoy despierta a tiempo para ir a mi curso de lógica con cierta puntualidad, ya estoy bañada, vestida y peinada para partir. Pero generalmente a esta hora estaría maldiciendo la vida porque me caga pararme temprano. No es el caso. Estoy ganosa de post. Estoy ganosa de post porque hoy no me despertó el celular con JUMP de Van Halen, no me despertaron los taconazos de la ejecutiva vecina de arriba y mucho menos las ganas de ir al baño. Me despertó un "¡ESTÁ TEMBLAAAANDOOOO!" de mi madre que ni siquiera se tomó la molestia de entrar al cuarto y sólo como que asomó la boca por la puerta y salió corriendo. Nunca me había levantado con tanto PUNCH. Al salir a la sala mi mamá (absorta en el movimiento de las cortinas) me preguntó que qué hacíamos. Me pasó por la mente lo de que ponerse abajo del marco de una puerta siempre es peligroso, que es mejor ponerse junto a una mesa o alguna cosa grande. Me acordé de Plácido Domingo y sus heroicas acciones en Tlatelolco (para quien no sepa: según ese wei tenía familia en el Nuevo León, el edificio que se desplomó, y anduvo cual hombre elástico quitando escombros y salvando gente, nunca supe si encontró a los suyos. Hasta le pusieron su busto en donde hoy está el hueco). Me acordé de un capítulo de la NIÑERA donde algo pasaba a media noche y llegaban los bomberos y entonces llegaba la mamá de Fran y le decía: qué te dije que debías hacer cuando pasaran este tipo de cosas y Fran mostraba orgullosa que estaba maquillada y con aretes. PERO YO ESTABA encuerada y salí corriendo de mi cuarto y las posibilidades de salir corriendo de mi casa eran nulas, entonces me quedé como tonta pensando que iba a morir. Y ya, luego pasó el temblor que estuvo bien leve.
Aaaah, ya se me hizo tarde, próxima actualización con historias de temblores pasados, no se lo pierdan. O a lo mejor ni lo pongo y nomás prometo por prometer, como el post de W. Benjamin, el de Monterroso y no sé cuántos más. En fin.