De por qué no es bueno ir a "pueblear"

Ya, lo acepto, soy adicta a la computadora, al blog, al messenger, a todo lo que ustedes ya saben pues me ven siempre conectadota. Entonces me voy con Sal a Malinalco sin saber qué es lo que me espera. Las ruinas son una maravilla, la vista desde lo alto del cerro es increíble. Aquí les pongo una fotito (fig. 1 20.12.2005). PERO lo cierto es que yo no nací para pueblear, ningún pueblo nació para mí. Imaginen esto: hambre a las nueve de la noche y absolutamente nada abierto, el ambiente como si fueran las tres de la mañana, todo desierto, nada pero nada que hacer. Las supuestas pinturas rupestres se muestran en los mapas turísticos, ¡pero lo cierto es que no existen! Yo personalmente les aconsejo que no visiten Malinalco por más de un día, máximo dos, porque no van a querer regresar. Hay muchos lugares donde venden truchas, hay muchas PERO MUCHAS farmacias. Y ya. La lección aprendida es: no ir a pueblos. O no sé si exista algún pueblo que me guste, pero lo que ha sido últimamente: Morelia y ahora esto, újule no; yo me quedo con mi ciudad. Me saqué por fin una foto que me gusta y ya la subí a mi perfil, behold it. Ahora bien, ¿quieren saber qué fue lo mejor de la visita? (fig. 2 21.12.2005)