Hoy viajaba en el metro, dirección Universidad. Me dirigía a la horripilante clase de Filosofía de la Ciencia, escuchaba música. Una vez que he reiterado oficialmente la muerte de mi ipod me resigno a regresar al uso del siempre fiel discman SONY. No hace nada maravilloso; no tiene reproductor de emepetreses ni radio. El disco que sonaba era uno de Elvis, la canción: Love me. Uno viene viajando tranquilo en el metro con sus audífonos que no hacen daño a nadie y no falta el cabrón vendedor pirata que entra con su metralleta de decibeles a desgraciarle a uno la vida musical. Así fue como sobre beating close to miiiine se dejó oír un ritmo guapachoso proveniente de las bocinas del mal que cargaba el comerciante. Primero me enojé, como de costumbre apagué mi música y me dispuse a esperar que ese wei se bajara del vagón. Pero MOMENTO. Reconocí la canción guapachosa que decía más o menos así: lo que pasa es que la banda está borracha, está borracha... Adquirí el disco por diez pesos. Quité el disco de pelvis y me dispuse a oír a
Seguro lo recordarán por éxitos como: El año viejo, Mazatlán, La banda está borracha o Los borrachos son ustedes. No hay un solo diciembre en el que en mi casa o en casa de mis abuelos no suene la canción del año viejo que le ha dejado al intérprete cosas muy buenas, como él mismo refiere:
me dejó una chiva
una burra negra
una yegua blanca
y una buena suegra
También está aquel éxito inolvidable de toda la vida, con el que dan ganas de largarse a la playa a mover las caderas cadenciosamente al ritmo de:
ay ay ay ay que te alcanza el tiburón mamá
ay ay ay ay que te come el tiburón
Tiburón - tiburón
tiburón - tiburón
tiburón a la vista
baaañiiistaaa
También hay canciones que yo no conocía pero que me dejan una estela de sabiduría y amor a la vida y que ya hubieran querido los cirenaicos adoptar como himnos al placer. Ejemplo claro de esta exaltación del placer al que me refiero es la siguiente, titulada Quiero amanecer:
ay primo nacho
(quiero amanecer)
con mi guitarra cantando
(quiero amaneceeeer)
con mis amigos parrandeando
quiero amanecer bailando
quiero amanecer cantando
(quiero amaneceeeer)
allá por Chapala
(quiero amaneceeeer)
con mis chamacas bailando
(quiero amaneceeeer)
con mis amigos parrandeando,
(quiero amaneceeeer)
¡PERO NO TRABAJANDO!
Esta tesis se contradice con otra canción en la que refiere que el año viejo: "me dejó un reloj despertador / para irme a trabajar temprano, sí señor". Pero estas pequeñas inconsistencias en su sistema las podemos pasar por alto debido a la alta calidad letrística y musical que en general nos ofrece. Apreciemos ahora este clásico de la música para el huarachazo: Cosecha de mujeres, sí señor:
se acaba la papa
se acaba el maiz
se acaban los mangos
se acaban los tomates
se acaban las ciruelas
se acaban los melones
se acaba la sandía
se acaba el aguacate
Y la cosecha de mujeres
(¡nunca se acaba!)
Y la cosecha de mujeres
(¡nunca se acaba!)
Y la cosecha de mujeres
(¡nunca se acaba!)
Y la cosecha de mujeres
(¡nunca se acaba!)
No se detenga usted si le da la gana bailar, hágalo ahí, en ese café internet o en su casa o en la casa del primo nacho, mueva el pie, luego una mano, luego los hombritos, al ritmo de ¡LA BANDA BORRACHA!:
Caminando por las calles sin parar
de arriba a abajo, de arriba a abajo
al poco rato que ya me sentía borracho
no pude encontrar lo que yo andaba buscando ¡no!
- ¿¡qué pasa?! ¡¡los saxofones desafinados!!
¡¡yy el bajo también desafinado!!
¡paren esa música! ¡paren esa música!
¿¡Maestro, qué pasa con esa banda?!
- ¿Que qué pasha con essshha bnnndddaaa?
Lo que pashha es que la banda está borrrraaassha,
está borrasha, está brorrashhhaaaa...
Estos y otros grandes éxitos están incluídos en este gran disco pirata que ustedes pueden Y DEBEN adquirir a la brevedad. Mike Laure (o Miguel Laure Rubio) merece ser recuperado por esta generación de jovencitos mal vestidos y sin ritmo. Más información, aquí.
"Nací en El Salto, Jalisco y mi origen es humilde en todos los aspectos: vivíamos muy mal, vestíamos peor y apenas si nos alcanzaba para mal comer. Apenas comenzábamos a hablar y ya trabajábamos, vendí dulces, chicles, pan; también trabajé en el campo, luego fui obrero textil, entre otros muchos trabajos."