jueves, diciembre 31

Mis cosas favoritas del año que acaba.

Como siempre, la aclaración pertinente: No me importa en realidad el año en el que salieron las cosas, sino el momento en el que llegaron a mí. Y ese momento fue, evidentemente, durante el transcurso del 2009.

Lo mejor:

Libro:
Siento una sana fascinación por los temas apocalípticos. Lullaby de Chuck Palahniuk.

Película:
Sin duda, District 9. Hacía ya mucho tiempo que no me sentía tan desesperanzada.
Otras menciones:
Inglourious Basterds. Trick 'r Treat.

Serie de televisión:
Posiblemente una de las series más inteligentes de los últimos tiempos. O la más. Temporada 2 de Damages.

Canción:
No hay otro modo de describir esta canción: es perfecta.
Just War de Danger Mouse & Sparklehorse ft. Gruff Rhys.

Disco:
El mejor relato de la angustia original.
The Antlers, Hospice.

Concierto:
Impecable, breve y terriblemente triste.
The Antlers. 29 de octubre, Los Ángeles.

Blog de música:
Sin duda, Flaming Milk.





-Ya más personal-


Post en Gracias, no:
No hay mucho de dónde escoger.
Walter Mitty-ing

El mejor día:
Cuando JuanRa llegó a recoger mis restos a San Diego, después de viajar por 12 horas desde la Ciudad de México, con escala en Guadalajara y Los Ángeles. Solo para verlo. Y valió la pena.

Mención más que especial
para Eileen Truax (también conocida como Chilangelina) por hacerme la mayor cantidad de paros que alguien me ha hecho. Nunca terminaré de agradecerles, Eileen.

Esto nos lleva directamente a la mejor ciudad:
Los Ángeles. Yo no entendía la fascinación y alardeo, pero de verdad no conozco otro lugar como LA. He odiado casi todas las ciudades gringas que he pisado (Austin, te estoy viendo), pero LA es todo lo que dicen que es. Mucha falsedad, pero también mucha sinceridad. Nunca había visto tantos vagabundos loquitos en un solo lugar :D


Lo peor:

- La peor película que vi fue 2012. Y eso que a mí me encanta el cine de catástrofes, pero es que no puedo creer la tomada de pelo que es este engendro derrochador de efectos especiales y diálogos predecibles y baratos. Pero no creo que busque ser mucho más, así que bien por ella.
- El peor día del año fue el que pasé en urgencias de un hospital acá por Tlatelolco. Jamás me había sentido tan humillada e impotente. Espero un día poder terminar de escribir sobre esa semana del terror que pasé cuando me enfermé. Por ahora no me animo, solo dejaré este recordatorio. A veces hace falta que sucedan cosas como esta para que uno valore cada detalle de la vida: desde poder caminar hasta la familia que nos rodea y apoya. Creo que lo mejor de lo peor del año es que aprendí mi lección.

Que tengan un gran 2010.

martes, diciembre 15

Estudio del paralelismo entre la infancia y la enfermedad y sus consecuencias anímicas

A los 9 años las cosas son más sencillas en un 98%. Es un estudio comprobadísimo, llevado acabo por unos científicos especializados en la materia, con varios doctorados en el tema que estamos tratando. "La infancia es más sencilla que lo que viene después", decía Spinoza en uno de sus famosos axiomas, que pueden encontrar en el conocido libro de Spinoza.

Cuando era niña me preocupaba que Mario Rosas notara que existiera, ser la primera en entregar el ejercicio de conjugaciones (de verdad), estar en la escolta (no lo logré), estar en el coro de la capilla (iba en escuela de monjas). Llevaba una lista con todos los libros que leía y me esforzaba por leer más cada vez (cronometraba mis tiempos de lectura), escuchaba música y luego escuchaba más música (rock, casi siempre) (aunque a veces también a Juan Gabriel, Rocío Durcal, Kabah, OV7 y otros tipos de... rock). Buscaba las letras de las canciones, me las aprendía, intentaba traducirlas y entender la esencia de lo que decían. Creo que en gran medida así aprendí a hablar inglés. No me conformaba con balbucear, necesitaba entender.

En la infancia lo que uno más tiene es tiempo. Y se supone que así es como uno descubre qué es lo que más le gusta hacer, porque tiene toda una gama de cosas frente a los ojos y de ahí escoge. A mí me gustaba leer y ver películas y escuchar música y eso es lo que sigo haciendo. La mala noticia: Nunca aprendí un oficio ni terminé una carrera, así que soy del 99% de los empleados que sigue esperando que sus hobbies le PRODUZCAN DINERO. La cifra exacta es 99%, lo vi en un estudio de la Universidad de paparapapaeueooo.

La infancia queda atrás más rápido de lo que uno imagina y de repente uno se descubre en un trabajo, sin tiempo para leer, apenas con tiempo para dormir. Uno encuentra el hi5 de Mario Rosas y ve que ya se casó y tiene una morrita como de un año. Uno se descubre sorprendentemente achacoso.

Parte dos.
De cuando Sofía se descubre sorprendentemente achacosa y escribe cosas al respecto

Ya hace unos días que tengo un dolor que se distribuye del abdomen al pecho y me provoca vómito y una cantidad de malestares de los que no quieren saber. Desde el sábado hasta ahora he limitado lo que como y mi risa y mi movimiento, todo con tal de no volver a exacerbar el dolor que me aterra. La madrugada del lunes tuve que ir a urgencias a que me inyectaran un analgésico porque de plano no podía con lo que me imagino como una mancha que devora todo lo que encuentra a su paso.

Los sistemas de salud pública en México, todos lo sabemos, apestan en gran medida. Pero también apesta mi tonta desidia para arreglar mis papeles del seguro. Mes con mes me descuentan parte del sueldo para cubrir este tipo de cosas y yo ni siquiera me había tomado la molestia de darme de alta en la clínica. Muchas veces uno se queja de las cosas porque quiere que funcionen solas y no pone de su parte sino hasta que recibe un par de cachetadas guajoloteras*.

Estar enferma es un poco como volver a ser niña. Mi mamá me compra gelatinitas en el globo, me prepara comida más rica que de costumbre y puedo pasar horas tirada viendo la tele sin que me diga nada. Además, cuando se está enfermo, se tiene tiempo. Tiempo para pensar, para leer, para escuchar música -pero escuchar música en serio, no escuchar música mientras se hace otra cosa-, incluso da tiempo de actualizar el blog.

Estoy a punto de salir hacia la clínica, para determinar de una vez por todas a qué se debe este dolor insoportable. Una vez leí (creo que) a los estoicos y me cayó bien su capacidad de considerar toda la gama de probables causas de una aflicción. Cuando se es capaz de imaginar las cosas que pueden pasar es menos factible que algo nos tome por sorpresa. A veces funciona imaginar lo peor, lo más estridente y preocupante.

Sin embargo, no niego que me gustaría que fueran solo agruras.

*Conclusión: Arreglen sus papeles del seguro y de paso su AFORE y si no tienen su credencial de elector, sáquenla ya.