lunes, mayo 11

Agh, no puedo dormir

Vi demasiadas cosas feas hoy. Ya lo dije en Twitter, pero repito: Ver en un solo día una película de homínidos asesinos (La Tribu), un corto de una mamá fantasma asesina (Mamá) y dos capítulos de robots furiosos asesinos (Terminator: The Sarah Connor Chronicles); no puede provocarme otra cosa que insomnio. Estoy esperando que un capítulo de American Dad se termine de cargar porque necesito quitarme esta tensión. Es de esas veces que escucho que el piso truje y las tuberías silban y en el techo escucho pasos y todo me da miedo. Pero de esto algo bueno tenía que salir (bueno, no TENÍA que salir, pero pues salió) y me acordé de un cuentito que escribí hace AÑÍSIMOS y que se posteó en otro blog, pero nunca en Gracias, no. En esa época me gustó y sorprendentemente me sigue gustando ahora, así que aquí está. Un brindis por el único cuento que no me da pena enseñar aunque pasen los años. Salú.


Toda tos fuera de lo común es una persona que se ahoga con su propia saliva. Todo sonido en el departamento superior es el ruido inequívoco de un cuerpo que cae de un banco alto o que se desploma después de dar un mal paso en el baño resbaloso. Toda voz sofocada por la música en los audífonos es un grito de ayuda que no alcancé a escuchar; ahora es demasiado tarde, seguramente quien lo profirió está muerto. Toda llamada no tomada por no contestar el teléfono a tiempo es una oportunidad para sobrevivir perdida. Todo llanto infantil histérico es consecuencia de la tortura. Toda pesadilla es una premonición. Toda sombra vista con el rabillo del ojo es un fantasma. Todos los pasos oídos en las escaleras a horas inusuales son el escape de un asesino. Toda risa es consumación de un delito sangriento. Toda llamada a mi puerta es una afrenta. Toda sospecha me pone en peligro. Todo texto escrito es mi esquela suicida. Todo recuerdo está perdido.
Yo soy quien se ahoga, yo resbalé, yo pedí ayuda, yo llamé, yo lloré, yo soñé. Él huye con su risa, él tocó a mi puerta, de mí no queda sino un fantasma.

11 comentarios:

verde dijo...

Yo esperaba algo cursi/cagado de "Mamá" y en cambio pegué brinquito de susto, Indirectamente me pegaste el malviaje y el cuento no ayuda. Espero que American Dad te haya servido para aliviar la tensión, saludos y buena semana.

Jorge I. Figueroa F. dijo...

Amiga, si estás bien dañada, ja.
A lo mejor la filosofía no era la opción.
Tu cuento si es muy, muy bueno, aunque digas que es el único al que le reconoces la maternidad orgullosamente.

Rubo dijo...

¡Guorales! Sí está bien chévere. Si no fuera de día, me pondría a descargar American Dad.

El Rufián Melancólico dijo...

Lindo cuento, saludos.

Love doctor dijo...

Ay, sí está bien padre.

Anónimo dijo...

Sí, a mí también me gustó mucho tu cuento. Eres una narradora muy buena, no lo digo sólo por el cuento sino por todo tu blog. Dime, ¿consideras que postear ha mejorado tu redacción o ya escribías así desde antes?

Anónimo dijo...

yo si lo recuerdo. incluso ya te lo había "chuleado"

a ver adivina ¿quién soy?

«danito» dijo...

Yo todavía lo volví a ver ayer... soy un pinche masoquista

ta bieeen bueeeeno ese video.

Y tu cuentito rifa.

Casa de Los Cuentos dijo...

Hola Sofía

Excelente la introducción', maravilloso el cuento. Valió la pena pasar por acá.

Soy editor del Blog Literario Casa de los Cuentos. Hoy, he salido de paseo por la red en busca de contadores de cuentos, letras nuevas, bloggers, amigos para aprender y compartir. Al amanecer, antes de salir de casa, leo un cuento. Luego, dentro de una botella bien tapada lo lanzo al mar y así dejo un rastro para poder regresar. Te dejo una invitación para que lo conozcas y comencemos una amistad. Espero que lo que estoy leyendo te guste tanto como a mí. Saludos desde Mérida, Venezuela. Jabier

D´Maurice dijo...

Cha,cha,cha,cha,changes a face to strange,Cha,cha,cha,cha,changes.

Es lo que estoy escuchando ahora, (no lei tu cuento)

Unknown dijo...

Sofia
esta chevere tu blog...

segui posteando...

ahi te dejo para que lo cheques:

www.tumentepoderosa.blogspot.com

fer