Desearía estar... muerta.

Si alguien me hubiera visto anoche, hubiera reído mucho. Yo temblaba de miedo. Pero entremos en contexto:

Salí de la chamba a una hora indecente y llegué a mi casa casi a media noche. No pude bajar el capítulo de Heroes, no pude ver la tele un rato, no pude valer verga en internet actualizando mis blogs o baboseando en los de otros. Tan pronto como llegué, me lavé los dientes, me puse la playera vieja de concierto y me quedé dormida, tenía que levantarme temprano para llegar al trabajo a las indecentes 7:30 de la mañana.

Como a las doce y media empecé a escuchar los ruidos. Brinqué de la cama y juré que las paredes crujían y el techo se desmoronaba, miraba las bolsas colgadas en la pared esperando verlas moverse de un lado a otro. Me puse debajo del marco de la puerta (aunque por ahí leí que eso no sirve para nada) y pensé en cómo me iba a salvar de que el edificio me cayera encima. Pensé en brincar por la ventana o salir corriendo por la puerta hacia algún lugar seguro, pero mis piernas estaban paralizadas. Por un momento pensé en gente a la que quiero, como cuando Homero dice "Mi Bart, mi Marge..." y consideré despertar a mi mamá.

Luego me di cuenta de que el único temblor era el de mis manos. Y temblaban cabrón. Presté más atención a los sonidos y no tuve idea de cómo los relacioné con un edificio desmoronándose. Pensé que no iba a poder dormir, pero lo logré rápidamente. Ahora trato de relatar el PÁNICO que me invadió anoche, pero no puedo. Creo que hasta al recordarlo no capturo ni la mitad de la sensación y al contarlo se pierde otra mitad. Baste decir que fueron momentos angustiantes y nunca había sentido algo remotamente parecido.

Y ya, tengo cólicos y sueño. Y HypeMachine.