jueves, junio 28

Me choca memear pero kike me cae bien

Dado que no he tenido lo que se dice NADA de tiempo para escribir, aprovecho la invitación lanzada por Kike para llevar a cabo esta madre; sirve que actualizo el blog y le devuelvo la cortesía. A ver. Según esto tengo que poner 8 cosas que no sepan de mí y luego invitar a ocho personas a que hagan los mismo en su blog.

Primera cosa. Terminé a mi novio de la prepa porque no se sabía mi nombre completo. No me acuerdo si lo terminé o si sólo hice un berrinche, pero siempre se me ha hecho una ofensa atroz que alguien que dice quererte y conocerte no sepa tu nombre completo.

Segunda cosa. No me gusta pararme más allá de la línea amarilla en el metro. Hay veces que hago lo de siempre (buscar ratas y cucarachas en las vías) y no dejo de imaginar qué pasaría si alguien llegara por atrás y me aventara a las vías por accidente. Me preocupa no saber cuál de las rayas es la que electrocuta y que mi mala condición física no me permita subir al andén.

Tercera cosa. Éste es uno de los peores posts que he escrito y me sorprende que se siga comentando. También éste es uno de los peores posts que he escrito.

Cuarta cosa. (Cuando Salvador no había perdido su cámara) Me gustaba sacar fotos de cosas curiosas de la facultad. Siempre había carteles que me causaban pena ajena, pero éste es de los ganadores:



Quinta cosa. Tengo pensado el cuento perfecto pero no he podido escribirlo. Cada día me despierto con la sensación de que a alguien más se le va a ocurrir la idea y lo va a escribir, pero le va a quedar bien feo. Entonces doblemente chafa: aparte de que me chingan la idea la van a desperdiciar.

Sexta cosa. Hay algunas personas que cuando dejan comentarios en este blog me hacen feliz. Una de ellas es Tonto Simón.

Séptima cosa. Soy irremediablemente celosa. Celosisisíma.

Octava cosa. Esto parece que nadie lo sabe porque no tengo amigos en Twitter. Agréguenme ya. Si no tienen todavía, saquen uno.


Ahora quiero que esto lo conteste:

Quiero que lo conteste...
Quien sea... Bai.

martes, junio 19

The Nature of Chance

A veces sí me preocupa que ningún libro me vuelva a gustar tanto como The Invention of Solitude. Por lo menos dos veces por semana pasa algo que me hace recordar algún pasaje y llego a mi casa y otra vez releo que una que dos que diez páginas. Lo más extraño es que aunque la segunda parte es mi favorita, siempre termino releyendo la primera. La segunda la disfruto más tomando cachos al azar. No me acuerdo si he hablado de esto antes. El punto es The Nature of Chance. Ni sé cómo traducirlo.



Qué le pasa a la casualidad, nos azota todo el tiempo. Ha de ser algún tipo de condena, aunque a veces resulta benéfica. Cuando decides faltar a una clase y no llega el maestro, por ejemplo. Por poner un ejemplo estúpido. No se me ocurren ejemplos no-estúpidos. De todos modos qué. Cuál es el punto.

Llegué al hi5 de un wei de la facultad por una serie de casualidades. Entre sus gustos musicales está Radio head. Radio head. Ojalá sea un chiste local.

En el trabajo me senté junto a un muchachito de 17 años y empezamos a platicar de cualquier tontería. De alguna manera la plática se concentró en que él vivía en Bosques de Aragón. Le conté de mi tía de Bosques de Aragón. Resultó vivir en la misma calle, ser su vecino; resultó que conoce a mi tía e incluso a mi papá. The nature of chance.

Tuve una amiga a la que quise mucho, que luego me quería madrear y me dijo cosas horripilantes. Nos conocimos cuando teníamos 14 años y por cuestiones que aún ahora no tengo claras (pero tenían que ver con un hombre) nos dejamos de hablar durante un par de años. Me dijo que la próxima vez que nos viéramos me iba a partir la madre. Resulta que su hermana J entró a trabajar a Telvista, a la misma campaña en la que yo estoy. Después de recuperarme de la impresión bajé a comprarme unos tacos de canasta y me quedé como poste cuando la vi sentada afuera del trabajo, seguramente esperando a su hermana J. Estaba igualita: flaca, despistada. Como cuando éramos mejores-amigas. Nos saludamos e hicimos comentarios torpes. Qué has hecho. Pues aquí trabajando. Y tú. Pues haciendo el servicio, ya sabes, el desmadre que es titularse. Sí, ja... Mi hermana entró a trabajar aquí. Sí, la vi allá arriba, qué cagado. Sí, verdad. ¿Ya tienes celular? Sí, pásame el tuyo. Etcétera.

Ésta canción me hace pensar en las buenas épocas:




La casualidad. Cuántas cosas más se conectan allá afuera. Me dan ganas de conocerlas todas de una vez, las pasadas y las futuras. Probablemente no podría con ello.

Carajo, otra vez me quedé hojeando el libro. Ya son las tres. Te juro que sí me levanto a las ocho.

jueves, junio 14

El Cucu, de la importancia de no meterse con él

El otro día andaba muy nostálgica y me puse a bajar rolas que me remontaran a mi infancia. Particularmente quería acordarme de cuando mis papás se llevaban chido (aún se llevan dos dos bien, pero en ese entonces era diferente) y pensé en cómo les gustaba bailar charangas en las fiestas. Ahí se les veía siempre en Una aventura es más bonita y amor de mis amores si dejaste de quererme no hay cuidado que la gente d'eso no s'enterará y es un cuchillo que me corta las venas y qué bellos son tus celos de hombre y si vos te vas mi amor si vos te vas y mis papás siempre bailando. Me puse triste-contenta, como que estaba chido evocar tiempos en los que la familia aún no se desmoronaba, pero también es molesto pensar que ya no se repetirán. Eran jóvenes, se querían, les gustaba ir juntos a todos lados. Bah, en Gracias, no ESTAMOS HAAAARRRTOS DE la nostalgia. De entre todas las canciones que mis papás bailaban destaca una en especial por su sutileza y sabrosura.

En realidad este post, como lo indica el título, habla de la importancia de no meterse con el Cucu de alguien. Pero como no puedo dejarles ir la canción ahí a lo loco (puede ser que no entiendan debido a su complejidad y profundidad hermenéutica), les comparto lo que viene siendo pues mi interpretación como quien dice muy personal. PLAY!




Mi Cucu
La Sonora Dinamita


O morena ¿cómo está tu cucu?
Estamos en cuculandia
Breves palabras introductorias que nos ponen en el contexto de la canción. El primer verso es claramente una pregunta retórica, pues al final de la canción todos sabemos que su cucu está de no mames.

Qué lindo es tu cucu (cucu)
Tan bello tu cucu (cucu)
Redondito y suavecito (cucu)
Qué lindo es tu cucu (cucu)
No se revela claramente la naturaleza del cucu, pero entre líneas se deja ve que es de una belleza resplandeciente y una textura impresionante. Muy posiblemente el autor oculta a la vez que muestra sus intenciones poéticas de dedicar esas líneas a una mujer.

Cuando te pones pantalón (cucu)
Y te toca por detrás (cucu)
Se me suelta el corazón (cucu)
Y te quiero más y más y más más (cucu)
Aquí las cosas comienzan a ponerse complicadas y entramos a los terrenos más pantanosos de la interpretación de Mi cucu. ¿Qué es lo que toca por detrás? ¿Será el corazón? ¿Será que la página de donde saqué la letra está mal? Por otro lado, enfoquémonos en el sentido de "querer": puede ser que se trate de un juego semántico entre el sentido erótico y el sentimental. Pero sigamos, que esto quedará más claro en los versos subsecuentes.

No me canso de mirar pero quisiera tocar (cucu)
Ándate y no seas tan malita (cucu)
Yo quiero una tocadita ita ita ita (cucu)
Bueno, esta estrofa es clara. Es tal la experiencia estética (por llamarla de algún modo) que el autor experimenta que quiere participar de esa obra de arte con todos sus sentidos.

Qué lindo es tu cucu (cucu)
Bonito tu cucu (cucu)
Redondito y suavecito (cucu)
Responsable está tu cucu cucu cucu (cucu)
Aquí se repite la idea anterior (textura/belleza) y se agrega una nueva descripción del cucu: la responsabilidad. Es indecible la carga ética que lleva esta estrofa. Continuemos.

- ¡No te metas con mi cucu o te doy una cachetada!
- Oh! cachete se me pone colorada, colorada
Aquí se muestra por primera vez una interlocutora, descubrimos que la melodía es un poema a dos voces, un diálogo que muestra las dos caras de una sola situación. Ella se niega a proporcionar los beneficios del cucu e incluso responde violentamente. Él parece no darse por vencido, habla con un falso acento yanki, como cuando los gringos me quieren ligar por teléfono en español.

No te metas con mi cucu (cucu)
No te metas con mi cucu (cucu)
Yo sé que tienes tu mujer (cucu)
Así que deja mi cucu (cucu)
¡Ah! Una negativa, otra negativa. Pero parece que todo se reduce a un dilema ético: el cucu debe ser dejado en paz porque aquél que quiere interactuar con él tiene SU mujer. ¿Entonces? ¿si no tuviera SU mujer existiría la posiblidad de que ella cediera?

Si me pongo pantalones (cucu)
Y me golpeo detrás (cucu)
nunca falta los mirones (cucu)
Como tú y los demás (cucu)
Aquí se reitera la relación pantalón-detrás-cucu. Va quedando todo más claro, ¿verdad? También descubrimos que el interlocutor no es el único: el cucu tiene más fans que blog de regiomontano pendejo.

Si quieres puedes mirar (cucu)
Lo que a ti te da la gana (cucu)
Pero si intentas tocar (cucu)
Te daré una cachetada (cucu)
¡Ahh, con que cedemos un poco más! No hay pedo si le miran el cucu. Sólo habla de que le molesta que intenten tocar el cucu, ¿pero si lo logran? Será que se refiere a aquella sabia frase de Yoda: Try not. Do or do not.

No te metas con mi cucu (cucu)
No te metas con mi cucu (cucu)
Yo se que tienes tu mujer (cucu)
Así que deja mi cucu (cucu)
Se hace la difícil, prrrt.

- ¡Te voy a dar una cachetada!
- Oh yo prometer mirar
Una vez más el juego de la violent femme y el gringo falso. El autor parece sufrir un bloqueo creativo y utilizar la siempre efectiva técnica del eterno retorno.

Qué lindo tu cucu (cucu)
Sabroso tu cucu (cucu)
Qué lindo tu cucu (cucu)
Me arrebato por tu cucu cucu cucu
El autor, en un arrebato de desesperación por su sequía de creatividad recurre a un rock inesperado entre ésta y la siguiente estrofa, simplemente delicioso. Casi tan sabroso como el cucu.

"En Tepito y en el Peñón de los Baños
con el cucu de la Sonora Dinamita"
Aquí podemos observar la magnificencia del cucu, con uno solo alcanza para tooodo tepito y el peñón de los baños. Yo tuve un novio que vivía en el Peñón de los Baños.

Qué lindo es tu cucu (cucu)
Qué lindo es tu cucu (cucu)
Redondito y suavecito es tu cucu (cucu)
Qué lindo es tu cucu (cucu)
¿Ya, no? Chale, ya quedó claro.

- Yo sé que tienes tu mujer así que deja mi cucu
- Cálmate, cálmate que tú no eres loca
ni comes jabón ni tirando piedra

Éste, señoras y señores, es el párrafo más incomprensible de la historia. Aquí es cuando entran ustedes, mis hermeneutas. Qué-diablos-quiere decir "Tú no eres loca ni comes jabón ni tirando piedra". Hay algo que no estoy viendo, amigos, y eso me conflictúa. ¿Qué relación existe entre la locura y el cucu y comer jabón y tirar piedras? ¿Es un sofisticado albur más allá de mi comprensión? Me voy a dormir con el jesús en la boca porque no logro capturar la escencia de este párrafo.

Pero eso sí; qué rolón es Mi cucu.

Dedicado secretamente a mis papás,
que ni saben de la existencia de este blog.

lunes, junio 11

zombie like

Eso sí: siempre he sido malísima para tomar decisiones. Necesito estar apuradísima, desesperadísima, mirar hacia ambos lados del carril y ver que no tengo otra opción más que moverme del camino. Lo mío es la pasividad. Lo mío es esperar a que alguien más decida. Me da asco acordarme de cuando estaba chavita y en la secundaria lloraba por ser jefe de grupo. ¿Jefe de grupo? Qué-es-esa-mamada. Para qué ser líder si existe la posibilidad ser nada. Los zombies están chido siendo zombies. No toman decisiones, no aspiran a nada. Para qué ser protagonista si se puede ser actriz de reparto*.

La situación hoy es que no puedo dejar mi trabajo de telefonista. Bien a bien no sé por qué. Puede ser que he conocido a gente a la que ahora quiero. Puede ser que me estoy haciendo adicta a los gringos amables y solitarios que me preguntan en dónde estás, les digo que en México y empiezan a decir toda clase de babosadas en español. Boenas taurdes seniorita. Puede ser que ser telefonista bilingüe sea lo que Aristóteles llamaría mi actividad por excelencia. ¿Era Aristóteles?


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Una de las noches ya pasadas soñé que había una armónica relación entre zombies y humanos. Incluso convivíamos felizmente aquí en Tlatelolco. El depa de enfrente estaba atascado y los zombies dormían (porque dormían) unos sobre otros, pero parecía que así estaban bien. Yo nunca confié en ellos plenamente así que no me cayó de sorpresa cuando intentaron atacarnos. Corté varias cabezas y fui una heroína. Le contaba a Salvador mi sueño y consideramos la posibilidad de una sana relación zombie-humano. Habría algunos problemas porque la mayoría de las teorías apunta a que ellos se alimentan de carnita humana y en ocasiones de cerebros, como se plantea en ese capítulo de los simpsons. Entonces, tras rebuscadas cavilaciones, llegué a la conclusión de que esa convivencia no se dará jamás.

También soñé que veía un partido de futbol y un sujeto salía lastimado de una jugada rudísima. Los brazos y las piernas estaban torcidos y contrahechos y cuando se intentaba mover tenía la apariencia de una araña o de un perro. Su cabeza estaba totalmente zafada y eso le daba muy mal aspecto. Yo estaba aterrada por lo que veía, pero me preocupaba más que ese partido estuviera siendo televisado a nivel nacional y cómo la prensa iba a manejarlo. Pensaba que iban a pasar el accidente setenta veces en los sesenta mil programas deportivos. Y oía la voz de Faitelson con su sonsonete molesto. Al final, uno de los compañeros de equipo del sujeto con miembros torcidos creía que sería buena idea acomodarle la cabeza y, al intentar ponerla en su lugar, lo mataba. Ya ven que dicen que cuando alguien tiene un accidente de este tipo uno no debe mover el cuerpo, se tiene que esperar a que lleguen los especialistas.

Luego soñé con un atardecer todo psicodélico que me atraía con colores chingones pero yo renunciaba a él por un burrito de McDonalds.



porque yo... lo valgo


martes, junio 5

El otro día vi a una chava igualita a la Lady in the Radiator

Le iba a pedir que cantara su famosa rola que dice In heaven... everything is fine, pero me pareció un poco de mal gusto. Después de todo es un personaje grotesco, por más bonita que esté la canción:


Otras secuencias en mi top5 de momentos grotescos del cine de David Lynch:

  • Más Eraserhead, la cena en casa de los suegros:



  • Pero por supuesto que The Amputee:




  • El sujeto comiendo maiz en Fire Walk With Me. Tienen que esperar hasta el final.




En fin, basta. Suficiente atasque de videos. A dormir y soñar con los angelitos.