Dado que no he tenido lo que se dice NADA de tiempo para escribir, aprovecho la invitación lanzada por Kike para llevar a cabo esta madre; sirve que actualizo el blog y le devuelvo la cortesía. A ver. Según esto tengo que poner 8 cosas que no sepan de mí y luego invitar a ocho personas a que hagan los mismo en su blog.
Primera cosa. Terminé a mi novio de la prepa porque no se sabía mi nombre completo. No me acuerdo si lo terminé o si sólo hice un berrinche, pero siempre se me ha hecho una ofensa atroz que alguien que dice quererte y conocerte no sepa tu nombre completo.
Segunda cosa. No me gusta pararme más allá de la línea amarilla en el metro. Hay veces que hago lo de siempre (buscar ratas y cucarachas en las vías) y no dejo de imaginar qué pasaría si alguien llegara por atrás y me aventara a las vías por accidente. Me preocupa no saber cuál de las rayas es la que electrocuta y que mi mala condición física no me permita subir al andén.
Tercera cosa. Éste es uno de los peores posts que he escrito y me sorprende que se siga comentando. También éste es uno de los peores posts que he escrito.
Cuarta cosa. (Cuando Salvador no había perdido su cámara) Me gustaba sacar fotos de cosas curiosas de la facultad. Siempre había carteles que me causaban pena ajena, pero éste es de los ganadores:
Quinta cosa. Tengo pensado el cuento perfecto pero no he podido escribirlo. Cada día me despierto con la sensación de que a alguien más se le va a ocurrir la idea y lo va a escribir, pero le va a quedar bien feo. Entonces doblemente chafa: aparte de que me chingan la idea la van a desperdiciar.
Sexta cosa. Hay algunas personas que cuando dejan comentarios en este blog me hacen feliz. Una de ellas es Tonto Simón.
Séptima cosa. Soy irremediablemente celosa. Celosisisíma.
Octava cosa. Esto parece que nadie lo sabe porque no tengo amigos en Twitter. Agréguenme ya. Si no tienen todavía, saquen uno.
Ahora quiero que esto lo conteste:
Quiero que lo conteste...
Quien sea... Bai.
Primera cosa. Terminé a mi novio de la prepa porque no se sabía mi nombre completo. No me acuerdo si lo terminé o si sólo hice un berrinche, pero siempre se me ha hecho una ofensa atroz que alguien que dice quererte y conocerte no sepa tu nombre completo.
Segunda cosa. No me gusta pararme más allá de la línea amarilla en el metro. Hay veces que hago lo de siempre (buscar ratas y cucarachas en las vías) y no dejo de imaginar qué pasaría si alguien llegara por atrás y me aventara a las vías por accidente. Me preocupa no saber cuál de las rayas es la que electrocuta y que mi mala condición física no me permita subir al andén.
Tercera cosa. Éste es uno de los peores posts que he escrito y me sorprende que se siga comentando. También éste es uno de los peores posts que he escrito.
Cuarta cosa. (Cuando Salvador no había perdido su cámara) Me gustaba sacar fotos de cosas curiosas de la facultad. Siempre había carteles que me causaban pena ajena, pero éste es de los ganadores:
Quinta cosa. Tengo pensado el cuento perfecto pero no he podido escribirlo. Cada día me despierto con la sensación de que a alguien más se le va a ocurrir la idea y lo va a escribir, pero le va a quedar bien feo. Entonces doblemente chafa: aparte de que me chingan la idea la van a desperdiciar.
Sexta cosa. Hay algunas personas que cuando dejan comentarios en este blog me hacen feliz. Una de ellas es Tonto Simón.
Séptima cosa. Soy irremediablemente celosa. Celosisisíma.
Octava cosa. Esto parece que nadie lo sabe porque no tengo amigos en Twitter. Agréguenme ya. Si no tienen todavía, saquen uno.
Ahora quiero que esto lo conteste:
Quiero que lo conteste...
Quien sea... Bai.