De creencias infantiles y lloriqueos vacacionales

Un día me vi forzada a permanecer mucho tiempo en CU porque tuve clase temprano y Salvador iba a pasar por mí en la noche. Creo que tenía como cinco horas para perder y me metí a la Biblioteca Central, con la esperanza de encontrar una autobiografía de D. Lynch que nunca está. Obviamente tampoco la encontré ese día y saqué un libro chafón sobre los directores de cine más chingones de la historia. Entre ellos consideraban a Almodóvar. Claramente esta entrada no tratará sobre si me gusta o no lo que hace ese wei, o si considero prudente su inclusión; en realidad sólo me interesa hablar de una cosa que dijo en un segmento de una entrevista: cuando era chico creía que eran los actores los que hacían las películas, al momento de verlas jamás pensó que existían guionistas, directores o fotógrafos, sólo que le gustaba lo que veía. Así que decidió que quería ser actor. Pasó mucho tiempo creyendo que esa era su vocación, hasta que descubrió que detrás de la película estaba su creador. Y es que cuando uno es niño uno cree las cosas más estúpidas.

Cuando yo era chica tampoco sabía que existía algo como un director de cine. Ni sabía que vivimos sobre la superficie de la Tierra. Pero en serio, fue una confusión que duró mucho tiempo. Creía que estábamos DENTRO de la Tierra, que vivíamos como en algún tipo de sustancia en la que flotaban las casas y las avenidas y todo. Aquí una representación:

Siendo ésta la realidad (siento mucho si a alguien le cayó mal la sorpresa), resulta que desperdiciamos muchísimo espacio. Cuando era chica era lo que más me afligía: lo absurdo que es vivir en la superficie con tanto espacio que ocioso se queda en el interior del planeta. Pero así las cosas.
Vivo en una zona llamada América. Más exactamente, en un cacho de América llamado "México" y en una pequeñísima sección de México: el "Distrito Federal". Afortunadamente, lo que más amo en el mundo, lo que quiero tener a mi lado siempre y lo que hace de mi vida un desfile de peripecias y buenas y malas experiencias y felicidad y amor, también está en el Distrito Federal (ver ilustración a la derecha). Eso es regularmente. La mayoría del tiempo, casi siempre. Hoy no.

Hoy te extraño y maldigo las vacaciones y maldigo diciembre y la navidad. Lo único que quisiera es verte dormir mientras paso horas de insomnio. Y no más.