Breve texto sobre la amistad

No se debe tratar a un amigo como a un vestido

Aristóteles

Pues bien lector querido, llega el momento de todo estudiante en el que no puede seguir tirando la hueva y bloggeando al máximo; el fin de semestre. Me enfrento ahora a un ensayo sobre la amistad en Aristóteles, por lo que me veo forzada a rescatar un par de ideas dadas las circunstancias en las que me encuentro, como dice la canción de Bright Eyes: True Blue.
La intención de Aristóteles en la Ética Eudemia (en el apartado dedicado a la amistad) es hacernos ver lo que es el verdadero amigo. Dice muchas cosas al respecto, no por nada un capítulo entero es sobre el espinoso tema. Sin embargo, hoy hablaré de un aspecto en particular: no es el amor virtuoso, no es la felicidad, no es si lo que a uno le interesa de un amigo es lo útil que nos puede ser o el placer que nos puede brindar. El aspecto en particular gira en torno a la siguiente cita: "Ser amado es el acto del objeto que se ama; pero amar es el acto propio de la amistad"*. Esto, desocupado lector, es La Verdad. Y no, no le voy a venir con una gran disertación sobre lo que creo que encierra esta frase, simplemente me limito a recordar un bonito momento cinematográfico donde mi punto (si es que lo hay) queda perfectamente (según yo) retratado:
Casi al final del Ladrón de Orquídeas (Adaptation, 2002), tiene lugar un diálogo entre los gemelos Donald y Charlie, no recuerdo exactamente qué cosas dicen, pero la idea es lo básico:
En la preparatoria, Donald estaba enamorado de esta chica. Una vez se atrevió a decirle que la amaba y se dio la vuelta muy feliz de haberlo hecho, mientras ella se reía a sus espaldas. Todo fue presenciado a la distancia por Charlie, que sintió muchísima lástima por su hermano, pues no se había dado cuenta de que la tipeja se estaba burlando de él. Años después conversan al respecto y Donald le explica a Charlie que siempre supo de la risa y la burla. Pero no le importó, igual estaba feliz de haberle confesado todo, ya que él sabía que el amor que sentía era real, independientemente de lo que ella sintiera por él. Eres la gente que amas, no la gente que te ama...

Me voy para continuar con la lectura del Aristóteles. Ya les contaré en qué terminó el maldito fin de semestre. Por ahora, los dejo con True Blue de Bright Eyes, que ya no tiene nada que ver con mi estado de ánimo porque me puso de buenas recordar esa película y escribir este terapéutico post. Sólo queda reiterar la invitación para mañana (leer post anterior) y despedirme.

Yeah, I don't know that much about you,
but I like you because you’re true... blue.

* Aristóteles, Ética Eudemia, Editorial Losada, Buenos Aires, 2003, pág. 126.