Rocola Existencial

Usted nunca en su vida ha leído filosofía pero sigue viviendo tranquilamente porque no lo necesita. La vida, la realidad y todo sigue ahí aun cuando usted no sabe nada de Kant o de Heidegger o de toda esa bola de pelagatos que sólo vinieron a causar embrollos. La ontología, así como la metafísica (por lo menos en mi caso) vienen a ser cualquier cosa y no metería mis manos al fuego por ellas. Pero momento, momento. Imagine que lo que más me gusta (la música) y lo que menos me gusta (todo lo que suene medianamente filosoficoso) se unen para formar algo único, irrepetible y maravilloso que tiene a bien durar poco y además es CASI AUTOBIOGRÁFICO sin que sus creadores lo supieran porque sí, sí señoras y señores, yo canto en la escuela y en la ducha (porque la dicha es mucha en la ducha) y si tuviera trabajo también cantaría ¡ROCOLA EXISTENCIAL!

Comienzas a ser una rocola
por esos discos que te rolan y te rolan
por la cabeza cuando te echan las monedas
las chicas guapas bailan cuando tú rockeas
Vive a tu modo, rocola existencial
Mi vida ya puede ser alegre
si las rolas que tocas no se pierden
canto en la escuela en el trabajo y en la ducha
todo el día la música se escucha
Vive a tu modo, rocola existencial
Comienzas a ser una rocola
hoy dame la mano y ven
a oscuras demos vueltas
dame la mano y ven
vive la sangre de la estrella
vive a tu modo rocola existencial

Nada mejor para una verdadera amante de las rocolas, cada vez que estoy cerca de una no puedo evitar sacar de mi bolsa cinco pesos o juntar de a varo para poner dos por cinco, o cuatro por diez o como sea el caso. Todo lugar al que he ido que posea una rocola ha tocado canciones escogidas por mí y, sin duda, si esta genial creación de Alejandro Cavallazzi y Miguel Tormentas estuviera disponible en una de ellas, yo la oiría hasta el cansancio, momento que nunca llegaría.