Mi querido amigo, el joven cineasta Alejandro Murillo, dijo una vez -algo parecido a- que muchas personas gustan de ver películas, pero pocas saben de cine. Yo, sin pena y sin aflicción, me incluyo entre los que no saben de cine. Los que, cuando acaba una película, solo atinan a decir: "me gustó/no me gustó" y arrojan un juicio más bien inocente (por no decir ignorante). Pero por lo menos tampoco formo parte del grupo de babosos que afirma triunfalmente y a todo volumen que "la película tenía muy buena foto", sin tener la menor idea de lo que quieren decir con eso.
Esta inocencia (por no decir ignorancia) es la única herramienta con la que cuento para hablar de cine. Es por eso, querido y desocupado lector, que lanzo esta advertencia, porque aquí no encontrará otra cosa que una sencilla opinión (y quizá una anécdota personal eventualmente). En primera instancia había hablado con Paxton sobre hacer recomendaciones de películas sangrientas, pero no veo por qué he de limitarme a eso, si me gusta de todo.
Como conclusión: No sé de cine, pero no puedo imaginar cómo sería mi vida si no pudiera ver las decenas de películas que veo mensualmente. No sé de cine, pero no puedo evitar querer invitar a alguien a ver algo que me dejó fascinada, no puedo evitar compartirlo. No sé de cine, pero amo al cine. Espero que algunos o muchos de ustedes encuentren que este amor es contagioso y con eso me daré por bien servida.
Pronto, la primera recomendación en No sé de cine.