Sof is a Portal.

Siempre fui de las nacas que no querían bailar. En las fiestas me daba pena que me invitaran y podía pasar horas encerrada en el baño, con cualquier excusa o sin ninguna. Hubo días en los que hasta me llevaba un libro y hacía como que leía en pleno festejo de quince años / boda / graduación. El caso es que yo no bailo. Yo, señor, señora, no bailo. No bailaba.

Y de repente que llega la presentación de Akron/Family en el Coachella de hace unos días. Fui sola y al llegar al escenario (creo que era el Mojave, no me acuerdo) sentí una angustia profunda: habíamos como treinta personas. Pero yo no era la única preocupada. Los integrantes de la banda afinaban sus propios instrumentos mientras veían en lontananza a la gente que pasaba indiferente por el stage, sin siquiera detenerse a ver qué había. Era algo comprensible: en el escenario principal estaba por comenzar Portishead y en el Gobi tocaba Animal Collective. Yo tenía que ver a Akron/Family. Primer aspecto agradable: tienen a dos bateristas (que en realidad a mí me parece ocioso, pero está cagado ver a dos weyes hechos bolas con sus tambores). Y lo que más me gusta: todos cantan. Todos se destrozan la garganta en su respectivo micrófono, todos parecen ser una suerte de frontman. Eso sí; son muy clavados en la textura, su set fue casi ininterrumpido porque pegaban las canciones y ni un respiro se dieron. Se entregaron en el escenario con todo y que éramos pocas persoas. Pero puta, vaya que bailé.

Mi favorita, por mucho, fue Ed is A Portal (del Love is Simple, hermoso nombre para un hermoso disco). Hubiera querido grabar más cosas, pero en ese momento sólo quería bailar y cantar. Sí, bailar.

Otros grandes momentos del festival: Islands cantando Where There's A Will There's a Whalebone con ex-Subtitle, toda la presentación de Roger Waters (ahora entiendo a los que se clavan con Pink Floyd, pues cómo no), Vampire Weekend, el set totalmente improvisado de The Swell Season (tocaron un cover de Pixies y uno de Kraftwerk, Glen Hansard se burló de The Verve y Jack Johnson y se mostró encantador en todo su irlandés ser. ADEMÁS tocaron con el baterista de The National). Por supuesto, Gogol Bordello, que fue la única ocasión en la que vi que los californianos dos dos se prendían (¡son unos palos inertes!).

Los avioncitos de Jens Lekman, los weyes de I'm From Barcelona armando la filita de conga que ha de haber sido la envidia de todos los que estaban alrededor y se perdieron de su show que fue un muy buen desmadre; veinte mil personas en el escenario, no mamen.

Por otro lado: chido por los Austin TV. No me late lo que hacen, pero sé que lo hacen bien y de corazón. Y. Bueno, yo qué. En la tienda de Virgin Records se acabaron sus discos. Buena onda.

Uy, y The National que venían sin violinista, pero con dos trompetistas (!) Algo que realmente se agradece cuando ya es la cuarta vez que los veo. Está chido que traigan algo diferente a lo que han hecho en presentaciones previas. Lloré, para variar. Adelante de donde yo estaba (otra vez sola, entre desconocidos), había un sujeto con un tatuaje de The National. [El del sombrero]

Quisiera hablarles de más cosas, pero me vence el sueño. Quizá en el futuro. O quizá sea de esas cosas que nunca cumplo.

Tengo la cold girl fever, mejor a dormir.