lunes, octubre 15

De lo que haría si Jens Lekman me dijera: "te dejo porque no te amo"

Guardaría un respetuoso silencio y me sentiría halagadísima porque una de sus canciones está dirigida a mí, aunque sea para mandarme al demonio y decirme que lamenta mucho que no pudo amarme lo suficiente.

En otro momento habla de cómo serán los besos que dé en el futuro. Decribe lo indescriptible y realmente hace creer que alguien puede dar cada beso como si fuera el primero. Aún hay alguien que puede sublimar un acto tan trivializado como para prometerse que no volverá a besar a nadie que no le queme como el sol.

Lekman escribe las canciones que quieres escuchar hasta cuando te dicen que no sirves para la vida de alguien. Pero lo que vuelve a su música algo tan encantador y embriagante aun en ese terrible caso, es la conciencia de que esas palabras están lejos de esta atmósfera y nada más te rozan como simulacro.

Es decir, nadie en este plano existencial sería capaz de decir, con tanta soltura y sencillez:

lo que se rompe siempre se puede arreglar
lo que se arregla siempre se puede romper


4 comentarios:

Anónimo dijo...

tengo que comentar!?

jojo ya lo hice verdad... prrt

Anónimo dijo...

¡chale!

Voy a tener que escuchar este disco; pero, no por medio del 10:1.

Gilmar Ayala Meneses dijo...

Sí, su soltura y sencillez hacen que sus palabras adquieren un mayor peso...

Cesar dijo...

Tengo una relación de amor y odio con este cantante, me encanta "A sweet summer night on hammer hill", por que me recuerda un día especialmente bueno, y "The wrong hands" se me hace terriblemente buena y muy jodidamente triste (me proyecto mucho con ella).