Señoras y señores; la que esto escribe era una persona prejuiciosa

Esta semana ha sido diferente a otras semanas, querido y desocupado lector. Para empezar, me gusta mi trabajo (es algo que jamás creí que diría) y para seguir, he hecho cosas que creí nunca haría.

Primera estación: jueves 22 de marzo, el concierto de A. H. Fork y C. Fennesz en el MIDE. Tengo un amigo que es fan de Fennesz. Una vez me dejó escuchar en sus audífonos algunos tracks (más bien, algunos fragmentos de algunos tracks) y yo me quedé con cara de qué-demonios-es-esto, la verdad me fastidió) y no me quedaron más ganas de oírlo. Pues resulta que el wei vino a dar un concierto a México la semana pasada (por radar) y Carlos me dijo que fuéramos. Yo dije bueno, me queda a tres cuadras del trabajo y no está caro. Y fuimos. Fennesz es un wei que hace muchos ruiditos con una guitarra y una computadora. Algunas cosas me gustaron, otras me hicieron creer que era una basura. Carlos salió extasiado. Yo salí pensando "bueno, no está mal". Vencí a mi prejuicio ante la música posmo. Ante el arte posmo. Aplauso.

Segunda estación: viernes 23 de marzo, bulldog café. Recuerdo con tristeza la primera vez que fui al "bull". Tocaba Jumbo y yo estaba feliz de verlos por quincuagésima vez. Me desagradó que la gente no pusiera atención, todos seguían hablando y nadie pelaba a la banda. Muchos anónimos putines y algunos amables lectores dirán: ay es que no mames, era Jumbo. Pero como sea, estás pagando un varo por ver un show, ¿por qué demonios alrededor hay gente que sólo se prende cuando tocan los hits y todo lo demás es como si hubiera un pianista ahí en la esquina, tocando música de fondo para su reven? Me encabronan los fresas pendejos. En esta ocasión fueron los Bunkers los que se presentaron frente a un público que se mostraba indiferente. Un muchacho me habló y cuando le dije que estudiaba filosofía en CU me dijo que lo más chido de mi facultad eran los chilaquiles de la cafetería (?!). Pero la verdad nos la pasamos bien. Gabriel se compró una rosa y dijo que la rosa era Karol. Mario chocó contra un taxi. Beto escribió la reseña del breve concierto. Concluimos que no está mal 'antrear' de vez en cuando y lo repetiremos pronto. Vencí mi prejuicio ante los antros. Aplauso.

Tercera estación: domingo 25 de marzo, cultural roots. Siempre he dicho que me caga el reggae y la danza posmo. Una de mis amigas más queridas (una de las pocas mujeres en el mundo en quien confío) es bailarina de danza posmo y amante del reggae. Quedamos de vernos hoy para platicar un rato. Fuimos por un café al bonito MUMEDI y nos echaron porque ya era tardesón. Me dijo "¿has ido al roots a las tardeadas de regué?" Le dije que no con cara de fuchi. Me dijo: "bueno, entonces vamos". Llegamos al lugar este y todo olía a sudor. En las bocinas sólo sonaba reggae. Yo pensé "aghh, qué de la verga". Jimena se puso a bailar. Llegó un amigo suyo. Fumaron marihuana y me dieron a probar un poco. No me hizo sentir diferente en lo absoluto. Bailé. Bailé y bailé. Lo disfruté un poco. Vencí mi prejuicio ante el reggae. No den aplausos, porque la verdad no me gusta jajaja.

Así que empezaré la semana con conocimientos recién adquiridos. Pero pues LA NETA qué se la va a hacer, lo mío es el rockcito de fácil asimilación. Me gustan los Dears y me gusta Travis. Me gustan los Beatles y me gustan los Ramones. Me gusta Arcade Fire, el BRMC y la Broken Social Scene. Me gustan mucho los Stone Roses y a veces escucho a The National y los Loveninjas. Todavía pongo con emoción los discos de Franz Ferdinand, Bloc Party e Interpol. Pero ahora estoy dispuesta a oír cosas diferentes. Además ya podré hacerlo sin reparos: pronto tendré Internet rápido. Más Sofía para usted, feliz lector de este blog.

Mejor me voy a escuchar a los viejos clásicos. ¿Qué les parece Fat Bottom Girls de los Queen?

La que esto escribe era una persona prejuiciosa. Hoy sólo es prejuiciosa con los prejuiciosos.