Oniripost

Me molesta un poco que la gente comience su oración con un ¿nunca te pasa que...? porque seguramente van a hablar de algo que les pasó a ellos mismos. Como cuando llegan y dicen me pasó algo rarísimo... y uno debe decir ansiosamente "¿qué? ¡queeeeé te pasó?". Rara vez la gente se presenta justo frente a ti y suelta la historia de lo sucedido. Por eso cuando me quieren aplicar la de "ni te imaginas lo que me pasó" me gusta responder: no, la verdad no me imagino y no me interesa imaginarme y más me gusta ver cómo se dibuja una triste expresión que habla de la narración frustrada. Eso no quiere decir que no me entusiasme que me cuenten cosas, lo que detesto es el rodeo.

El rodeo como el que estoy dando ahora.

Soñé que mi blog era mi diario blanco. De esas veces que de alguna manera una cosa es dos cosas al mismo tiempo y en el sueño parece perfectamente comprensible. Como cuando uno sueña que está en la planta baja de una casa y sube las escaleras al primer piso de la preparatoria. Nadie parece sorprendido, ni uno mismo. Entonces estaba en una cantina, con varias personas con las que suelo estar en cantinas (parecía la Río de la Plata, para variar) y un sujeto de ojos azules llegaba con mi diario (por la pasta blanca supe que era el de la secundaria), decía que lo había encontrado tirado en el teatro de Tlatelolco (no el Antonio Caso, no el Centro de Convenciones Tlaltelolco, sino una cosa rara ahí llamada "teatro de Tlatelolco"). Me lo mostraba mientras decía que alguien había publicado en mi blog una entrada vergonzosa, que rezaba más o menos así: Sofía en la secundaria era llamada 'cóndor' por su horrible nariz y... (se deshacía en descripciones de por qué esa época había sido un infierno para mí. Con lujo de detalle describía al sujeto que me llamaba cabello de jerga y otras muchas situaciones que hacían que poco a poco salieran lágrimas de mis incrédulos ojos.
No entendía cómo el diario-blog-cuaderno había llegado a manos de la horrible persona que publicaba eso. Le preguntaba a Sal si creía conveniente que borrara ese post. Él decía que en mi blog no había censura (podrán ver que ningún comentario es borrado y mucho menos editado), entonces pensaba que tenía que publicar algo de inmediato para que ya nadie viera la entrada fatal. La duda me asaltaba... ¿quién era este tipo de ojos azules y por qué tenía mi blog-diario-cuaderno? ¿Cuánta gente habrá leído ya sobre mis pesares y complejos secundarianos?

Ayer entré a una clase de Sal en el ITAM. Un sujeto hablaba de hermenéutica. Se aventó una frasesota que atesoraré por el resto de mi vida: "La interpretación empezó cuando alguien soñó feo". Al narrar mi sueño lo interpreto, en alguna medida. Pero creo complemento con esto: sólo se trata de la combinación de la importancia (demasiada) que le doy al blog y a los malviajes (un chingo) que me provocaban los compañeritos (perversos) de secundaria. Malditos sueños evidentes, ya ni se esfuerzan por ser un poco enigmáticos.